¿QUE ES LA HISTORIA Y PARA QUE NOS SIRVE LA HISTORIA?
Según lo manifiesta el diccionario muy conocido por nosotros “EL PEQUEÑO LARUSSE”, ilustrado de 1996 dice:
Estudio de los acontecimientos del pasado relativos al hombre y a las sociedades humanas.
¿POR QUÉ LA HISTORIA.
Al acercarnos al conocimiento de la historia de un pueblo o una región, no podemos dejar de hacernos de entrada dos preguntas:
¿Para que conocer la historia?,
¿Entramos a conocer la historia para saber más o para mejorar lo que halla que mejorar?.
La historia tendrá sentido en la medida en que ayude a comprender los problemas que se tienen. Para eso es importante que quienes nacimos o vivimos en Puerto Tejada conozcamos su historia.
¿Cómo conocemos la historia?
La historia de cualquier lugar ha sido escrita por los vencedores de los distintos conflictos que se han dado a través de los tiempos; Sabas cazará “decía. “ Los vencidos nunca han participado en la realización de la historia”.
Hasta la actualidad nos han enseñado a ver la historia con una sarta de fechas que nos indica el nacimiento, la muerte y algunas obras y a sañas de caudillos militares o lideres políticos, que realmente no realzan la verdadera forma de hacer la historia. La tradición oral es una forma de transmitir la historia y esta hay que valorarla. Muchas veces no confiamos en lo que alguien nos cuenta y entonces decimos “este cuenta la historia de una manera parcialidad” y le damos poca credulidad pero hay que tener en cuenta que cada pedazo de la historia que nos narre alguien es valida así sea subjetiva mente, así sea que quiera mostrar su punto de vista y este sea diferente al nuestro. Toda narración oral de la historia tiene validez.
Otra forma de narrar la historia es a través de la tradición oral, contando anécdotas personales o cuentos tradicionales, hay personas que tienen una forma muy peculiar y animada de hacer narraciones y lo hacen a través de chistes o cuentos que hacen que quienes los escuchen vivan los momentos y sean testigos de los mismos, de esa manera transmiten la historia.
Pero la forma más peculiar amena y divertida de vivir la historia es en el seno de la familia, alrededor de los abuelos y los padres, frente a un fogón de leña, olfateando ese delicioso tinto hecho en casa, cosechado por el abuelo, molido en las rudimentarias maquinas caseras, elaborados por nuestras madres y preparado en los coladores hechos a manos por las tiernas manos de las abuelas, y es que ese momento era extasiado por las voces quebradas de los viejos y como si fuera hoy los escuchamos diciendo ” Había una vez...” “Este era un día...” “Un día como hoy...” narrando sus vidas con hermosos cuentos en donde pelearon con la muerte mano a mano, a puño limpio, o simplemente un cuento de animales que deja una maravillosa moraleja.
Claro que los cuentos preferidos eran los de espanto, “que si al duende había que temerle”, “que la viudita me salió el otro día por la mata de guadua”, “mire mijito el otro día allí en la esquina del disco rojo, que digo a lo diagonal, pa´ mejor decirle en la casa de los Viáfaras esa que se esta enterrando poco a poco hay un entierro, por chuchito que si, yo lo vi con estos ojos que se los a de comer la tierra”.
Otra forma de narrar la historia era: “Hablando de fincas, y esto es en serio, ayer se murió don Demetrio Mina, uno de los esclavos que tenían donde los Holguines, hay mijo si las fincas hablaran”. Y así iban transmitiendo poco a poco su saber a las generaciones nuevas.
Hay otro estilo de narrar la historia y hacerla muy agradable para los niños y las niñas es la que propone el escritor “Jairo Anibal Niño”, literato infantil, esta es muy interesante él dice que un objeto cualquiera tiene su historia que cada utensilio de la casa tiene un por que una razón una historia, que es esa una buena forma de familiarizar al niño con la narración de la historia.
¿Por qué mi papá cuida ese azadón y ese machete con tanto esmero?.
¿Para que sirve esa tinaja con tantos años, guardada en la cocina?.
¿Ese sillón data de 80 años a tras, es de madera rústica y vieja qué significado tiene para mí?.
Mi abuela guarda varias cucharas de mate, ¿Por qué no las bota?.
Cada uno de esos objetos sin valor monetario guarda una historia, una leyenda un recuerdo, que hace que la historia sea joven cada día y no muera jamas.
SI ACLARAMOS IDEAS OBTENDREMOS MÁS CONOCIMIENTO
¿QUE ES INVESTIGAR?
Es la manera de descubrir o conocer algo.
¿QUÉ ES LA ANTROPOLOGÍA?
Es la ciencia que estudia al ser humano, para conocer cómo es la forma de vida de él como persona, y la de su grupo.
DEJA QUE MI ABUELA CUENTE “YO PENDI POR UNA O”
Cuenta la historia que desde que el negro Isidro Cazaran y los demás fundaron a Puerto Tejada, desde ese mismo momento se tejieron las más hermosas historias en mi pueblo. Mi abuela las contaba alrededor de su fogón de leña, en medio de la noche. En ese momento se paralizaba la vida y volábamos en el tiempo. Ella dijo en una ocasión “mi gente es honrada, y tan honesta que puedo entregar mi cabeza por ellos, pasi mihacen quedar mal”, claro en alguna ocasión nos vieron cara de pendejos, y no fue por otra cosa sino por lo honrados que éramos. Escuchen mis hijitos y aprendan de este cuento.
Don trino….”viejo bruto decía la gente”, “de Puerto Tejada tenía que ser pa` ser tan bruto”, dijo el viejo Metri, oiga ese libanés: ¡barajo si le gustaba la plata! y lo que les voy a contar casi que lo llevó a la muerte. Pero no a la muerte del cuerpo, sino a la del alma. Cuando le contaron lo que hizo don Trino, se le hizo muy duro olvidarlo. Este viejo libanés se pasaba hasta tres horas dándole la vuelta a la “plaza chiquita”, otras tres más a la del mercado. Con la cabeza agachada, contaba los pasos, dicen que se rascaba la cabeza hasta formar una corona de obispo. Pero eso no es nada, su mujer cuenta que desde ese día que le contaron lo que don Trino había hecho, ese hombre dejo de llevar sus libros de ventas, se comía las uñas, no dormía, ¡barajo!, salía con la misma ropa, ni se bañaba el vergajo. ¡Barajo que cosa!, como si el mundo se le hubiera acabado.
Pero no se sabe cual fue más bruto si don Trino, que hizo lo que quiso o Metri, que abandonó su negocio y se sumió en sus pensamientos perdiendo la razón por pendejo el vergajo.
Don trino hombre iletrado, pero condecorado por la vida, Honesto, respetuoso, recto, pa` mas decir ¡santo el condenado!, pero eso lo hacia ver, tonto y a veces hasta tarado. Eso de ser honesto trae sus desventajas; todo el mundo se burla diuno, pero en esto él era el indicado.
Eran doce hijos los que él tenía, esos los que yo conocía, y vivían en un ranchito muy modesto. La mujer alma bendita y Dios la tenga en la gloria, era más santa que él. De la vida intima no se sabe nada pero don Trino decía que pocas veces la tocaba, que él la respetaba.
Era él, el mejor cortero de caña que había parido esta tierra bendita. Su responsabilidad por encima de todo, a su trabajo nunca faltaba. Era el que primero llegaba, y el que más tajos cortaba, y siempre lo acompañaba su hijo, Dios se lo dio como él quería parecidito a él, eso si mas “blanquito”, ¡jum!….. pero parecidito a él. Decía que el “branquito” como lo llamaba estaba bien educado, mi Dios se la había mandao como él lo deseaba.
Cierto día, se dirigía a su trabajo, con su “branquito” que lo seguía pa` to los laos, uno tras del otro como en fila, a eso de las cuatro y media de la madrugada, por que en ese entonces no había góndolas para trasportar los trabajadores, y debía llegar a las 6 A M a tomar su tajo. Cuando el branquito patio una tula de color café, de esas que llevan plata, “¡oye muchacho ra prata no se patia, levanta la bolsa carajo!” le grita Trino al muchacho, este muy obediente levanta la bolsa, y la entrega a su taita quien la mete bajo el sobaco. Cuando llegan al ingenio, don Trino se dirige a las oficinas del patrón. El vigilante lo deja entrar luego de revisarlo, ¡es don Trino, pide hablar con el patrón!, quien preocupado por la pérdida que había tenido el ingenio, hasta la úlcera le había hablao, pero refunfuñando y con su genio alborotao sale a recibirlo, oiga Don trino, le dice en forma enérgica, ¿por qué no está en su trabajo?, ya empezó a matar tiempo hombre; el viejo, con voz muy calmada y casi bajando la cabeza le dice, “señor viriendo de mi rancho, con ganas de raborar y soñando con mi tajo marcado desde ayer, por que ese Casimiro Mina me ro quiere quita, mi hijo “el branquito” patio esta maretica, llena de billetes di a peso, y me dije hay que hacera llega a mi patrón, por que mi señora mare que Dios ra tenga en ra santa groria me enseño “ni ojo en carta ni mano en prata” aquí la tiene mi señor”, el jefe muy sorprendido le dice “Don trino ¿por qué trajo esa maleta, si usted sabe que tiene dinero? “A remás señor, por que ahí esta er paguito mío y er de mihijo el “branquito” y el sábaro no puero llega sin prata a la casa”. Desde ese día al pobre viejo lo tildaron de bestia.
Pobre trino bestia, decía la gente, pero eso no era lo que hacía que don Metri se quebrara la cabeza, fue lo que le ocurrió después. Por el día sábado como a las 6 de la tarde, don trino fue a la plaza de mercado, se sentó en la banquita que siempre ocupaba, ahí solo meditaba “si Rios me permitiera ganame la rotería, yo re mandara hace un trió de misas cantaras a mi abuerita, pa pagare el favor que mi hizo consiguiénromere er guesito a mi y a mi “branquito”. No acabando de pensarlo vio pasar al lotero del pueblo Polo Rentaría, andaba siempre de blanco, lo llamó con ese anhelo que se llama la plata, “véndame tres quinticoros de Cauca, eso sí, no me reje ver ros números”, ¡ha!…. usted quiere números tapaos dice el lotero, bueno aquí tiene y se lo metió al bolsillo. Don trino inquieto se fue pa la casa, esa noche no durmió,.
Al día siguiente a eso de las 8 de la mañana, alguien preguntó por don Trino, en el cañal. El viejo ya olvidado y dándole duro al trabajo, dudo en averiguar quien lo preguntaba, y con mucho sigilo para que el capataz no lo viera y no le fuera a descontar el tiempo, se acerco a Polo y le dice “¿Qué pajo?” Y Polo le contestó “¡felicitaciones don trino se gano la lotería,! el viejo lo miró desconcertado y con duda le pregunto, ¿en que número sarió? Polo le respondió ¡en cero don trino en cero!, con la paciencia de un hombre sencillo y sin querer hacer alarde, saco la lotería del bolsillo, dobladita como Polo la había dejado, la miro y muy enojado le respondió “¡Respétame carajo a ros hombres no se engañan!, yo tengo es una O”, don Trino, dijo Polo, se ganó la lotería ese es un cero, “no me incomore señor”, fue la respuesta que le dio, “una perjona como yo sabe dijerencia un jero de una O y yo tengo es una O”, sacudió la mano y tiro los tres quintos al suelo, Polo sin más pensar tomo los papelitos y se marcho. En el trabajo le preguntaron ¿don Trino, usted es millonario?, ¿se saco la lotería? y el contesto, “No mijo yo pendi por una O. Cuando el cuento se rego por el pueblo y llego a oídos del metri, el pobre libanés quiso cortarse la cabeza.
Autora: RUTH ELENA JORDAN POSU